lunes, 12 de agosto de 2013

Gente que sí

¿Qué sería de un viaje si no tuvieras ningún inconveniente? Si todo saliera como se planificó? Bueno, en realidad no sería tan malo, pero lo que sí, sería más aburrido de contar: "No sabés lo que me pasó!?!?! ... Nada"
El cerro Ventana ... y su ventana.
Por ese motivo, el Uno se apiadó de mi y del blog, y en Sierra de la Ventana me dio tema para contar, apenas llegué se me cayó la puerta de lado del conductor ... Bueno, no se cayó literalmente, sino que uno de los pernos de la bisagra se venció y para cerrarla la tenía que levantar un toque, un garrón!!! No había hecho ni 800 km desde Buenos Aires!! Para colmo, casi me quedo sin nafta en la ruta, en el hostel no me atendía nadie, había un viento que levantaba una polvareda tremenda, todo mal, un garrón, el pueblito no me recibía de la mejor manera, pero había que ponerle el pecho ¿Y que hice? Me tiré a dormir una siesta en el auto y que de alguna manera se solucione todo cuando me despierte, a lo Homero.
Me falló, no se solucionó casi nada, solamente encontré gente en el hostel, pero todavía el viento levantaba la tierra de las calles y obviamente la puerta seguía mal.
Más o menos el atardecer en las sierras ...
Luego de un par de días y recorrer la comarca de Sierra de la Ventana con la puerta mal, Juani, el dueño del hostel, me dio un dato de "un tipo en Tornquist que TAL VEZ te puede ayudar" ... listo, ahora sí, estoy salvado, pensé ... Recorrí los 50 km que separan a Sierra de Tornquist para buscar al mesías, que claramente no hacía esas cosas y me mandó a lo de Berlín con unas instrucciones que generarían la envidia de cualquier GPS, "seguí por ésta, en la gomería doblá a la derecha y ahí nomás, en una o dos cuadras vas a encontrar lo de Berlín" ...
Como era de esperar, me pasé de la gomería y tuve que retomar, pero al final encontré lo de Berlín, con quien tuve una linda charla, mientras me arreglaba la puerta, sobre el pueblo, sobre mi viaje, etc., y acá empezó a cambiar la suerte.
Terminó y me dijo:
-Listo, ya está, suerte viejo, buen viaje.
-Gracias, pero pará, decime cuánto te debo. (Decime nada, decime nada, decime nada ...)
-No, dejá, nada.
Gracias Tornquist, gracias Eduardo Berlín!
Y con eso confirmé dos cosas, una que tengo un poder telepático, y la otra que hay muchísima más gente buena que mala, pero los malos tienen más prensa.
La charla con Eduardo Berlín, porteño de nacimiento pero tornquistense por adopción, incluyó una anécdota que define al pueblo, en los 35 años que lleva viviendo allá, "robaron 2 autos, nada más, y uno fue un borracho que se lo robó al comisario y lo estrelló acá a 3 cuadras".
Al final, Sierra de la Ventana me despidió mucho mejor de como me recibió, con unos paisajes muy lindos, con más gente y más historias para alimentar el viaje, ah! y con el Uno impecable para salir en busca de Carmen de Patagones.


3 comentarios:

  1. Ponete al dia loco!!! Queremos noticias de Madryn jaja.. Abrazo Mufa y a seguir ruteando
    WILLY

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  2. dani, los malos estamos todos amontonados en la provincia

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  3. Hoy aprendí porqué se llama Sierra de la Ventana :P

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